sábado, 15 de febrero de 2014

EL ENTORNO

Cuando de evaluar y renovar la práctica educativa se trata es indispensable en un primer momento realizar un diagnóstico socioeducativo que nos ayude a percatarnos de las debilidades y fortalezas con las que contamos, al realizar el estudio de mi entorno comunitario y educativo me pude percatar que existen tanto en la comunidad como en la institución problemas comunes o que por lo menos guardan una relación estrecha.

San Baltazar Tetela es una localidad del municipio de Puebla sur que a pesar de pertencer a la gran urbe de la capital poblana cuenta aún con rasgos rurales, el primero problema que pude detectar en la comunidad es el bajo nivel escolar de los padres de los alumnos que los obliga a subemplearse para poder sostener a su familia lo que acorta o anula el tiempo que como padres deben brindar a sus hijos para apoyarlos tanto en su formación académica como en la personal.

Este problema desarrolla los dos más evidentes en la escuela primaria Rafael Ramírez, en primer lugar la falta de vínculo escuela-alumno-padre de familia y por el otro la falta de tiempo para cimentar los valores que formen a sus hijos como seres humanos, y este último es el principal problema que aqueja a los alumnos del segundo grado grupo “A” ya que debido a la edad de algunos y su egocentrismo natural más el desapego de los padres por atender este tipo de asuntos en casa provoca que la convivencia al interior del aula sea en ocasiones ásperas y en varias ocasiones los alumnos hayan optado por la violencia física o verbal para resolver los problemas en lugar de anteponer el diálogo y las soluciones no violentas.

Con respecto al nivel educativo de los alumnos se presentan algunos con retraso en el proceso de adquisición de la lecto-escritura y en general con la comprensión lectora. El pertenecer a la modalidad de escuelas de jornada ampliada permite fortalecer los conocimientos de las asignaturas regulares con los contenidos de la jornada ampliada. 

jueves, 30 de enero de 2014

LA AVENTURA DE SER DOCENTE


La primera licenciatura que estudié fue pedagogía y a pesar de estar muy vinculada con la educación, no me ofreció ninguna especialización y por ende ninguna oportunidad de trabajo en el sistema público (en un principio), por lo que unos cursos de verano en danza folclórica me permitieron ingresar al sistema el 01 de marzo del 2007, por recomendación de un maestro fundador de la E.S.T No. 115, decidí ingresar porque veía en ese nivel la oportunidad de entrar al sistema y luego cambiarme a primarias, a más de seis años de labor con los adolescentes, pienso que estoy en al lugar indicado, me siento muy a gusto de trabajar con personas que son capaces de oponer un poco de resistencia ante la figura del docente, esto me plantea retos interesantes que significan para mí un crecimiento constante, es una gran satisfacción ser parte de la transformación de por lo menos algunos de mis estudiantes, que te digan cuando estuve en tal situación me acordé de lo que nos dijo y decidí esto, es un orgullo ver como mis primeros alumnos están iniciando su educación universitaria y saber que sentaste bases para ello,  que motivaste de alguna manera su escolarización, ya que en la comunidad el grado máximo de estudios de la mayoría de los chicos es la secundaria, escuchar comentarios de los padres de familia que hablan bien de tu trabajo, que los demás maestros te reconozcan como una persona responsable de su trabajo, sin embargo y como  todo es miel sobre hojuelas también se plantean grandes insatisfacciones, como el luchar contra la carencia de recursos materiales, de economía de algunos alumnos, el ver como a veces planteas una situación con los alumnos y no se puede trabajar de la manera en que estaba proyectada, el no poder rescatar a algunos alumnos que presentan problemas (adicción o violencia) y que por cuestiones institucionales deciden entregarles sus papeles y encontrarlos después en condiciones poco convenientes, el mismo trabajo colegiado o integral que se pretende es muy difícil entre todos los docentes del nivel.

Mi percepción docente


En casa cuento con el mayor ejemplo de lo que es ser docente por lo que desde la infancia mi interés por la educación era evidente, al principio yo quería ser educadora por lo que al finalizar la preparatoria busqué en Acatlán de Osorio la manera de ingresar a la normal, luego por cuestiones diversas decidí quedarme en Tehuacán y buscar otras opciones, me decidí por estudiar pedagogía, lo que amplió mis expectativas sobre educación y me permitió conocer otros niveles al tener que realizar prácticas en primaria y secundaria.
Antes de ingresar a la carrera de pedagogía, busqué las opciones de UPN y supe que para cursar la LE’94 era necesario estar en servicio, por lo que acepté una beca-bachiller, sin embargo cuando fui a inscribirme me dijeron que esas becas no eran aceptadas, por lo que no pude matricularme en la UPN y comencé a estudiar en el CEUT, pero no dejé la beca bachiller, esto que me dio la oportunidad de conocer el nivel preescolar unitario, fue una experiencia muy enriquecedora, conocí junto con mis alumnos el arte de aprender y crecer tanto profesional como personalmente, ese ciclo escolar atendí a un total de 80 niños de los tres grados de preescolar, a padres de familia, a otras docentes y me enfrenté por primera vez a la realidad de nuestro sistema educativo.
A pesar de no tener las estrategias suficientes para estar frente a un grupo (sobre todo de niños tan pequeños ante su primera experiencia de educación formal) si tenía la convicción de hacer las cosas lo mejor posible y aprender de todas las personas con las que tenía contacto, en casa, en la escuela, en las reuniones de consejo técnico, en el autobús mientras viajaba y compartía con docentes de experiencia.
Posteriormente durante los 3 años de carrera restantes realicé prácticas en el nivel primaria en la Benito Juárez de la colonia del Valle cuyo contexto era parecido al de mis alumnos de preescolar y en donde conocía a los docentes, por lo que mi estancia fue relativamente fácil , cuando tuve que realizar prácticas en secundaria lo hice en la Raúl López Ramírez, con alumnos de segundo grado, que a mi parecer han sido de los grupos más difíciles con los que tuve que trabajar pero que despertaron en mí ese interés por involucrarme de manera efectiva en la educación de los alumnos, con ellos no bastaba con que fueras su maestra practicante  para que pudieras aplicar las  prácticas requeridas, por lo que tuve que aprender a buscar actividades, formas de llegar a ellos, a planificar (desde sus respectivas dimensiones <como estudiante>) y a no querer laborar en el nivel.
Sin embargo, la primera oportunidad que tuve de ingresar al sistema de educación pública fue en secundarias y con la asignatura de danza, lo pensé varias veces antes de aceptar, pero lo hice y visualicé entonces otra parte de este nivel, si bien los alumnos presentan conflictos propios de la edad, no ejercen la misma resistencia que los primeros alumnos de secundaria que tuve, y es así que desde hace 6 años y seis meses me encuentro laborando en secundarias técnicas.
Cada ciclo escolar me enfrento con nuevas situaciones, a pesar de que los contenidos son iguales a los del anterior, es bien cierto que cada grupo es diferente, lo que me funciona en un grupo puede resultar tremendamente aburrido para el otro, lo que en una escuela trabajo en una sesión en la otra puedo llevarme dos o tres, he aprendido a no hacer prejuicios sobre mis alumnos, en alguna ocasión  con chicos poco participativos usé la técnica del debate (de antemano pensé que no funcionaría) y quedé gratamente sorprendida con los resultados.
En mi trabajo lo que trato es de hacer que los chicos tengan otra visión de lo que hasta ahora han conocido, el arte y la formación cívica y ética a pesar de estar tan relacionados con la vida cotidiana son asignaturas que en los niveles anteriores se dejan de lado, a las que no se les da la misma importancia que a español o matemáticas, por lo que el bagaje previo de conocimientos es casi nulo.
A veces resulta triste ver que estamos tan inmersos en una realidad diferente en cuanto a lo que se vive alrededor, y en la FCyÉ se nos permiten conocer realidades de otros países que no son muy lejanas a la del nuestro y que nos permiten ese punto de reflexión sobre la propia realidad, estas acciones son las que dejan mayores satisfacciones en mí y que me hacen pensar que vale la pena levantarme temprano, viajar todos los días, el estrés, los enojos con los alumnos, etc.
Lo que espero es no perder ese interés por aprender de mis grupos, no caer en un estado de confort que no permita crecer ni dejar crecer a mis alumnos.